26 de julio de 2016

SALAMANCA/ CASA SASO

MI AMIGO RAIMUNDO.

Pues si hoy el protagonista ha sido Raimundo, pero esto llega en mitad del camino de hoy, el día comienza a las 6 de la mañana, salir a Rúa Mayor de Salamanca y verla desierta impresiona, una pasada tener la ciudad si nadie que te moleste, sin ruidos, sin coches, llegar a la Plaza Mayor y poder apreciar como es, un auténtico privilegio, pero para eso hay que madrugar y mucho.


La ciudad empieza a desperezarse, los bares comienzan a encender las luces, los barrenderos comienzan a ponerla bonita, enfilo la calle Zamora tras cruzar la solitaria Plaza Mayor, paso por delante de la Iglesia de San Marcos y abandono la zona antigua, me dirijo hacia la entrada de la N-630 por Avenida Agustinos Recoletos por el lado izquierdo, para así no tener que sortear todas las rotondas, el primer bar que encuentro abierto me paro a desayunar, café con churros, rápido y a seguir, paso por delante del estadio Elmantico, que no vive sus mejores partidos ahora, un lio de rotondas se avecina, esto está bastante peor que la entrada de ayer, bastante peligrosa esta salida, la antigua N-630 hasta Aldeaseca trae gran cantidad de tráfico, en unos kilómetros por el arcén llegamos a la población dormitorio, aquí me lío seguro que entusiasmo por ver en una exposición de coches de segunda mano un A4, saco una foto y se la mando a mi amigo Javi que se que quiere uno, tras un rato whaseando con el, ya me he perdió del camino, decido seguir hacía delante y encontrarlo en Castellanos, un par de bicigrinos me saludan y me desean buen camino.

Cruzo Castellanos y enfilo una pista ancha y muy buen firme, tras un par de kilómetros me encuentro con Raimundo, estaba mal herido cerca del camino, aleteando y mirándome con cara de miedo, consigo cogerlo, el pobre aguilucho se había roto un ala, decido llevarlo conmigo y así me hace compañía, ya que no me encuentro con peregrinos, el animalito estaba muy nervioso, poco a poco se va tranquilizado y decido bautizarlo con el nombre de Raimundo, llamo para comunicarme con el seprona y me dicen que ya me llamarán, mientras llego a Calzada de Valdenciel, recibido la llamada del seprona y quedamos de acuerdo para vernos en unos 30 minutos, el camino sale del pueblo, un bonito adorno que parecen miliarios nos depiden, la etapa es casi llana y el calor empieza a llegar.

Al llegar a la altura de la carretera ahí estaba el señor del seprona, le entrego a Raimundo y me comenta que lo llevará al centro de las Dunas, un centro de recuperación de animales salvajes, espero que todo le valla bien, continúo mi camino paralelo a la carretera y a la autovía, hoy no he visto ni una vaca curioso, los campos de trigo, girasoles y ahora también algunos de maizales, la Rivera de Cañuelo implica un poco de dificultad, en invierno y primavera hay que bordear y hacer como 1,5km más por la antigua carretera, mi albergue está cerca apenas 15 minutos y llego a un auténtico paraíso para un peregrino, Casa Saso.

Casa Saso así deberían de ser todos los albergues, sus propietarios Alberto y Carmen sólo saben que hacerte sentirte como en tu propia casa, las habitaciones son sencillas y con pocas camas, por lo que no dormiras con mucha gente, un lugar rodeado de naturaleza donde te puedes dar un chapuzón en estas fechas, la comida preparada casera al momento, te invitan a ver su huerto, en fin una gozada haber parado aquí.

RUTA 21 KM
CAMINO RECORRIDO 571 KM
CAMINO PENDIENTE  422 KM





















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